PENSAMIENTO EDUCATIVO DEL
MAESTRO VALLEJO
Por: Mg. Javier Delgado Benites (*)
“Y el profesor, que era a la vez un artista triste y solo, seguía
dándonos clase y el tiempo pasaba. En las horas de
conversación me hacía hablar no sólo de lo visto
por mí sino de lo que había oído contar”
Ciro Alegría
César Vallejo, fue hombre de pensamiento creador, humanista, de original concepción poética; cuya obra contiene temática diversa y profunda, centrada en el hombre, sujeto de todos sus preocupaciones y desvelos.
Durante su vida, desde su niñez como la de estudiante de primaria, secundaria, universitaria o como preceptor y maestro de enseñanza de niños del nivel primario o elemental; en los días aciagos o felices en nuestro país Vallejo se podría decir que fué en cada circunstancia de su existencia un maestro por vocación al servicio de la educación de la patria. Desde el candor de los años mozos, cuando enseñaba a los hijos del hacendado minero Sotil en Huanuco; pasando por realizar periódicas y orgánicas sesiones de enseñanza aprendizaje para los niños y jóvenes en la Escuela de Varones Nº 241 o Centro Viejo y en los colegios más importantes del país como el San Juan de Trujillo y el Guadalupe de Lima, haciendo uso de la didáctica educativa y el empleo del método dialéctico; hasta realizar la obra excelsa de enseñar el idioma español a los Franceses, así como adoctrinar en conocimientos a los milicianos en la Guerra Española en Europa; lo cual exhibe un constante interés en el perfeccionamiento del hombre mediante la educación.
Su pensamiento educativo y sus aportes a la educación es una faceta poco explorada por los estudiosos de Vallejo, centrándose fundamentalmente en su rico pensamiento poético, narrativo, teatral y periodístico en el que se encuentran insospechados y sustanciosos temas educacionales. Sus ideas al respecto son como un abanico que se abre para mostrar distintas líneas.
Vallejo como maestro conoció el movimiento de la Escuela Nueva o Escuela Activa que, desde fines del siglo XIX y principios del XX propuso a través de diferentes autores, sus valiosos aportes en el campo pedagógico que trascienden hasta nuestros días. Este movimiento abogó por una educación integral; por lo tanto, una educación moral, estética y laboral, propuso el uso de métodos activos y fundamentalmente reivindicó y propagó la concepción roussoniana y pestalociana del paidocentrismo, que consideró al alumno en el centro del sistema educativo.
La educación debe pues, desarrollarse como un proceso integral que eleve la aspiración superior del hombre; que busque formar hombres, con la mirada puesta en el futuro, pero sin ignorar el pasado ni descuidar el presente; que abra paso a la verdad, a la crítica y a las nuevas vías de realización del hombre; por lo tanto debe ser concebida, defendida, planificada, implementada, conducida y evaluada dentro de una estructura social específica, de acuerdo a la realidad socioeconómica.
Por eso cuando se dirige a los preceptores en la conferencia sobre la Enseñanza de la Educación Moral, lo hace con mucho respeto y absoluta sinceridad. Siembra el optimismo entre los maestros y les pide prepararse para la acción creadora, hacer uso de los métodos inductivos y deductivos, estudiar constantemente y realizar bien el trabajo docente elegido, le insta a descubrir nuestra recóndita realidad, a mantener siempre rectitud en su línea moral, seguir el ejemplo de hombres probos, cuyas acciones son dignas de ser leídas y valoradas por todos.
Por otro lado, en un artículo escrito desde Europa en 1927 en donde hace una dura crítica a la Universidad Latinoamericana, acusa a ésta de haber descendido de su rol creador a la barricada lugareña y capitulera con todas sus rutinas, sus personalismos de charol y sus mesianismos de segunda mano; no crea filosofías, ni ideales políticos ni corrientes científicas. Ella vive de las migajas ideológicas de Europa y todo su papel se reduce a repetirlas al alumnado dentro o fuera de los claustros. Cuestiono el sistema universitario arcaico, dogmático, de espaldas a los problemas palpitantes de nuestros países. La enseñanza era retórica, la mediocridad se imponía sobre la capacidad. La Universidad se mantenía estática, desvinculada de los acontecimientos internacionales y de las nuevas ideas, su nivel académico era bajo. Hasta entonces poco se consiguió, a pesar de los reclamos estudiantiles que se iniciaron en Córdova.
Vallejo, en su labor pedagógica hizo uso de las concepciones modernas como: el aprendizaje significativo, aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje reflexivo, el aprendizaje sociocultural; la enseñanza de valores; uso de métodos activos; no castigaba a los alumnos, conocía su condición socioeconómica de cada uno de ellos, mostrando flexibilidad según los casos particulares que se presentaban. Mostrando todas estas cualidades, que en aquella época pasaban por defectos, lo que significaba no ser un buen maestro; podríamos decir que el maestro Vallejo se adelantó a su época moderna que ahora la actual pedagogía hace énfasis en dichos aspectos.
Las ideas educativas del maestro Vallejo, como las de otros educadores y peruanos ilustres, entre ellos: José Carlos Mariategui, Antenor Orrego, Carlos Uceda Meza, Jorge Basadre, José Antonio Encinas, Luis E. Valcárcel, Luis Alberto Sánchez, Víctor Andrés Belaunde, Julio Chiriboga Vega, Alejandro Deustua, Vicente Villaran y otros fueron difundidas y expuestas antes que se conocieran o divulgaran los planteamientos psicopedagógicos de Piaget, Ausubel, Vigotsky, Brunner y Rogger, todos ellos en boga dentro de la denominada concepción constructivista que aliada a los aportes de la Escuela Activa han orientado los cambios en los lineamientos del Sistema Educativo. Es necesario conocer y utilizar las corrientes universales de la pedagogía, pero es necesario implantar lo nuestro de acuerdo a la realidad y eso lo que hizo este ilustre santiaguino en su época de maestro.
IDEARIO PEDAGÓGICO
Vallejo fue brillante en el aula, como estudiante y luego como maestro, jamás se desligó de su vocación de enseñanza y de servicio al hombre, centro de sus preocupaciones y desvelos. Orientó la enseñanza para calar a profundidad en el espíritu de los niños hasta constituir verdaderas normas de vida. De su experiencia estudiantil obtuvo extraordinarios juicios de carácter pedagógico.
A continuación se presenta el ideario vallejiano:
Su didáctica expresa los principios del aprendizaje significativo, reflexivo que la actual pedagogía moderna postula.
Asimismo, en el perfil del maestro Vallejo debe ponerse en relieve lo siguiente:
(*) Investigador, Docente en la Universidad Nacional “José Faustino Sánchez Carrión, Huacho y en Instituto Superior Tecnológico “Carlos Salazar Romero”, Chimbote - Perú