Hablemos sobre Vallejo y su obra con los Dres. Marco Antonio Martos y a Alberto Varillas Montenegro Skip to main content

Hablemos sobre Vallejo y su obra con los Dres. Marco Antonio Martos y a Alberto Varillas Montenegro

The image of Marco Antonio Martos and Alberto Varillas Montenegro

Mara García: ¿Qué representa el vate César Vallejo para ustedes?

Marco Antonio Martos: Vallejo es nuestro escritor más significativo a lo largo de toda la historia, empezando por el Inca Garcilaso y terminando con los autores más recientes. Aparte de su valía como intelectual y escritor, César Vallejo es el que se diferencia más de la escritura de otros. Podemos encontrar un aire de familia entre muchos escritores, pero Vallejo es único y su originalidad me parece mayor que la de otros grandes poetas latinoamericanos como Huidobro o Neruda. Podría decirse que a pesar que tenemos otros escritores notables en poesía, como Eguren, yo suscribo lo que dijo Roberto Paoli: “Eguren es un gran poeta, pero hay muchos poetas parecidos a Eguren, y no hay ningún poeta semejante a Vallejo”.

Alberto Varillas Montenegro: Es muy difícil hacer hoy una evaluación de Vallejo porque murió hace muchos años. Si Vallejo hubiera sobrevivido hasta el 73 con Neruda, que muere en setiembre de ese año, yo personalmente creo que el lector hubiera preferido a Vallejo sobre Neruda. Estoy de acuerdo con lo que decía Marco, que la poesía nueva en el Perú empieza con dos nombres: Eguren y Vallejo.

MG: Dos grandes poetas que recién reciben su reconocimiento después de muertos.

AVM: En el Perú sobresalen dos nombres: Eguren y Vallejo, aunque no pertenecen a la misma generación. Estos dos grandes poetas no tuvieron en vida una acogida pública como la tuvo Ricardo Palma, y no la tuvieron por la personalidad de cada uno de ellos. La poesía del Perú del siglo XX empieza con Eguren y sigue con Vallejo, cronológicamente. Yo no estaría tan de acuerdo con lo que citaba Marco sobre Paoli; sin embargo, estamos frente a dos grandes de la poesía peruana. En ese sentido, sí estoy convencido que Vallejo y Eguren son los dos grandes de la poesía peruana.

MG: ¿Cuándo nace su interés en Vallejo y cuál fue el detonante que los llevó a leer o investigar al vate universal?

MAM: Mi interés empezó en la escuela secundaria como alumno. Tenía el libro de texto del Dr. Jorge Puccinelli. Él ha dedicado muchos esfuerzos a estudiar a Vallejo, especialmente en el área del periodismo. A mí me sorprendían algunos de los poemas de Vallejo y recuerdo que aprendí de memoria “Los heraldos negros”, “España, aparta de mí este cáliz” y algunos poemas de Chocano, uno que es poco conocido que dice: “Saltó un tigre en el lomo del caballo”. Me gustaba recitar pero no en público, sino para mí mismo y lo hacía paseándome. Tal vez fue mi amor por el inicio de la poesía. Me llamaba la atención lo diferente, lo nunca dicho. Como alumnos leíamos a otros autores del siglo XIX, como Bécquer, pero lo nunca dicho en Vallejo lo sentí y me atrajo mucho. Vallejo era algo diferente que no lo podía explicar, pero me cautivó mucho.

AVM: Todos los que hemos estudiado en mi época, empezamos con Los heraldos negros. Esa obra tiene mucho del aspecto externo del modernismo. En base de eso, nos era muy fácil de entenderlo y seguirlo. Los textos que no podíamos comprender, lográbamos pasarlos porque el siguiente era un poema igualmente bueno. Con los años me despertó la vocación por Eguren. Para mí fue muy agradable y apasionante leer a Vallejo, pero la sencillez de Eguren al final termina devorándome como lector.

MG: ¿Por qué César Vallejo es un poeta universal?

MAM: Yo creo que Vallejo se comunica con distintos tipos de lectores. Inclusive, la fama de Vallejo que ha empezado después de su muerte ha estado asociada en los años sesenta, sobre todo, a su postura política. Esa posición política está en retroceso en todo el mundo o ha desaparecido y la fama de Vallejo continúa. Vallejo dice más a las personas porque se pone en las circunstancias de los individuos. Por ejemplo, mucho hablamos de los sistemas políticos o de la forma de combatir a la pobreza, pero el hecho es que sigue habiendo pobres cada vez más en todo el mundo. César Vallejo, que pasó momentos muy difíciles cuando habla de la pobreza en “La rueda del hambriento”, no opina desde una cátedra, sino que habla como el que tiene hambre. Mientras esas situaciones continúen, ese tipo de gente se va a seguir identificando con los poemas. Vallejo lo dice con una elegancia suprema y con una concentración absoluta.

MG: Por eso Vallejo es absoluto, porque se identifica con el que sufre y con el sufrimiento del género humano.

MAM: Yo creo que —una hipótesis que estoy elaborando ahora— Vallejo tiene dos líneas que podemos distinguir en su escritura que van a lo largo de toda su producción. Una es la línea del Yo absoluto. El yo como se usa en Latinoamérica, como cuando dice: “Yo nací el día que Dios estuvo enfermo, grave”, o cuando exclama: “César Vallejo ha muerto/le pegaban todos sin que él les haga nada;/le daban duro con un palo…”, etc. Eso es una línea mayoritaria y en eso se parece a otros poetas latinoamericanos, incluso posteriores, como Nicanor Parra. Esa es la línea que yo llamo del yo romante.

MG: La poesía de Vallejo invita a una reflexión profunda porque es única e innovadora y trasciende hacia una nueva poesía.

MAM: Vallejo tiene otra línea de exploración que me parece muy interesante y creo que viene de Rimbaud, y es la idea de “Yo soy otro” y que está expresado mejor que en ningún otro poema en “Cuatro conciencias”. La idea del poeta como sabio que no tiene un punto de vista, sino más de un punto de vista sobre los hechos, lo dijo Rimbaud, y que los expresa como una especie de actitud poliédrica. En los mismos años que escribía Vallejo trabajaba Carl Jung y éste elaboró un concepto bien interesante del sí mismo como un lugar de llegada del individuo, no algo que ya lo tiene sino algo que puede lograrse. Hay una línea de trabajo que expresan los simbolistas y los surrealistas como el Yo poroso, el manejado por el inconsciente y todo ese mundo de los sueños. De hecho que hay una buena parte de la producción que tiene esta marca, pero Vallejo se pone en otra orilla de poeta consciente y, como dice Jung: “el consciente incluye el inconsciente”. Esa es la parte de la producción de Vallejo que no ha sido bien trabajada todavía, y que es de suprema calidad porque va más allá de las contingencias del individuo. En ese sentido me parece extraordinario.

AVM: Apunto sólo a lo último que decía Marco. Yo creo que en Vallejo hay mucho por develar y por encontrar. No es un hombre que está bien trabajado como la mayoría de los escritores contemporáneos a él. La gran mayoría han sido analizados desde una perspectiva política viendo cómo se les puede instrumentalizar, y a mí la instrumentalización me pone de mal humor cuando veo que los trajinan. Muchos maestros de escuela o universitarios, no entran dentro de lo que es puramente literario, dentro de una definición de Dámaso Alonso sobre la poesía. Él anota que: “la poesía es la transmisión de un contenido anímico de gran intensidad mediante palabras”. Nadie se adentra a describir el contenido anímico de gran intensidad. Generalmente entran a ver que es mediante palabras y ahí un poco se quedan y no trabajan lo que es puramente poético en la poesía.

MG: Si tuvieran que escoger un libro de Vallejo, ¿con cuál se quedarían y por qué?

MAM: He cambiado, antes era Trilce. Ahora es Poemas humanos.

MG: ¿Y por qué ese cambio?

MAM: La exploración tiene un límite. Es como un laboratorio donde el poeta hace su gimnasia de palabras. Poemas humanos es una explosión creativa y creo que es a partir del año 23 que Vallejo se va del Perú, están sus mejores poemas. No quiero decir que no haya poemas excelentes antes, puesto que los hay en cualquier parte de Vallejo. Ningún poema posterior a su salida del Perú, abierto al azar, podría ser eliminado. Esa es la razón por la que prefiero Poemas humanos.

AVM: Yo me quedaría en empate por razones diferentes. Los heraldos negros está en la onda con la literatura que yo trabajo y me sentiría desleal conmigo mismo si los separo. Poemas humanos, por las razones que es ya la nueva poesía sin muchos antecedentes concretos. Simplemente es un flujo que llega a eso, llegó allí y punto. Poemas humanos me parece más interesante que la poesía final de Vallejo porque es la poesía en que se cede mucho al convencionalismo.

MG: Algunos opinan que el libro Trilce es uno de los más originales que se ha escrito. ¿Están de acuerdo con esa aseveración?

MAM: Yo creo que sí. Trilce es el libro de vanguardia más importante en toda la lírica, hispanoamericana y en esto hay un acuerdo unánime. El lado insólito del libro es que sigue siendo un texto de poemas no interpretado a cabalidad y siempre son posibles nuevas lecturas u opuestas lecturas, como ha ocurrido con el poema I.

AVM: Es un poco lo mismo: Trilce es un libro fruto de su momento. Lo antes y lo después tiene una ligazón mucho menos del ejercicio vanguardista y mucho más del hombre-sentimiento.

MG: En el año 2012 se han cumplido los 120 años del nacimiento de Vallejo y los 70 años de la primera edición de Trilce. En su opinión, ¿ha recibido el vate universal el homenaje merecido en el Perú?

MAM: En el Perú ha habido varios homenajes. Hubo un congreso en la Casa de la Literatura en el mes de abril. Ahora hay otro auspiciado por el Ministerio de Cultura, que se inaugura mañana. Nosotros los de la Academia Peruana de la Lengua tenemos previsto un congreso el 7, 8 y 9 de noviembre. Siempre parece poco, pero de todas maneras Vallejo tiene una cosa que es importante para la difusión de un autor y es que está en los programas escolares desde hace cincuenta años, y no se ha movido. Así es como la nación rinde homenaje a sus escritores. Además, el nombre de César Vallejo está en boca de todos y tenemos: Club Deportivo César Vallejo, avenidas César Vallejo, parque César Vallejo. Existe la cátedra César Vallejo en la Universidad César Vallejo, etc. Diría que es el autor más celebrado en el Perú.

MG: ¿Ha recibido Vallejo el homenaje meritorio? ¿Se podría haber hecho más?

AVM: Es posible que se hubiera podido hacer más. Creo que se han hecho algunas cosas interesantes. Hay que tener presente el contexto en que se realizan las cosas. En este momento creo que el Perú no es favorable para un desarrollo de cultura y el homenaje a Vallejo tiene que ser tanto de cultura como de literatura. Ahora, en el Perú no es una buena ocasión para la cultura en general. Pienso que para los escritores sí es una buena época. Los homenajes a Arguedas han sido un justo reconocimiento al escritor, pero hay otros que han tenido mérito para recibir la mitad de los homenajes, pero no han recibido nada. Hay algunos escritores que merecen homenajes y no han obtenido nada.

MG: Tuvieron la oportunidad de conocer a Georgette Phillipart.

MAM: Conocí a Georgette y la visité una vez cuando vivía en el edificio Marsano, en los años sesenta, cuando fui con Carlos Germán Beli. Sé que fue muy amiga de Max Silva Tuesta. Me parecía que era una persona muy apasionada en defensa de César Vallejo. Lo que rescato de Georgette con relación a Vallejo es su entrega, su absoluta fidelidad a Vallejo, su deseo de reivindicarlo y en ese sentido merece el aplauso.

AVM: Yo tomé en contacto con su existencia en el Primer Congreso de Peruanistas en mayo de 1951. Larrea presentó una ponencia sobre Vallejo pero no sólo presentó su trabajo, sino se proclamó el heredero total y absoluto y el sabelotodo sobre Vallejo. Me acuerd o que tuvo dificultades porque otro grupo lo objetaba y se armó un lío sobre eso. Después, cuando llegó Georgette al Perú en la década del cincuenta, fue muy interesante porque cosas que hacía ella terminaba en lío. Yo era secretario de la Universidad Católica cuando un buen día Fernando de Trazegnies sugirió la posibilidad de editar las obras teatrales completas de Vallejo.

MG: ¿Y qué sucedió?

AVM: Al final se publicaron dos tomitos. En el momento de la votación me preguntaron: “¿qué opinas tú como literato?”. Les respondí que estaba a favor, pero advirtiendo que iba a terminar en lío. Efectivamente, así fue porque Georgette quería derechos de autor y otras cosas que no recuerdo. Era una persona un poco complicada y mientras estuvo en la clínica Maison de Santé hasta que se murió, ella tenía una documentación sobre Vallejo —que yo tengo una copia— que estaban en posesión de la gente de la Maison de Santé y después lo donó a la clínica San Juan de Dios.

MAM: Ella hizo un contrato con la Maison de Santé, como hacen los franceses, entregó su casa a cambio de atención hasta su muerte y eso le alcanzó para tener una vejez no mendicante. Ella no pidió nada a nadie.

AVM: Cuando fui ministro de Educación le di permiso al Dr. Pinillos Ashton, que había sido ministro de Salud en el primer Gobierno de Alan García, para que pudiera organizar en el Estadio Nacional una jornada antitabáquica. Pese a que representábamos posiciones políticas opuestas, yo no hice política de mi cargo y él me pidió autorización, se la di y le ayudé. En reconocimiento me entregó la copia de unos documentos de Vallejo corregidos por Georgette.

MG: ¿Cómo interpretan los versos famosos de Vallejo: “Hay golpes en la vida tan fuertes… ¡Yo no sé!”/“Quiero escribir y me sale espuma”/“Hay, hermanos, muchísimo que hacer”?

MAM: “Hay golpes en la vida tan fuertes… ¡yo no sé!”, es el comienzo y el final de Los heraldos negros, como una pared. Podría ser la imagen de la pared en todo el libro: 1. “Los heraldos negros” y 2. “Espergesia”. “Yo nací un día que Dios estuvo enfermo, grave”. “Yo no sé”, y el otro “grave”, todo es negativo. Para mí es la perplejidad frente al destino y lo otro es la línea trabajada por Calderón de la Barca o Schopenhauer, la idea de que el peor delito del hombre es el haber nacido. Que el hombre es desdichado, que el hombre está mal hecho producto de un Dios que está enfermo, grave. “Quiero escribir y me sale espuma”. Este es de Poemas humanos. Esa es la dificultad del artista de llegar a un norte. Es como tener un ideal de llegar al centro del lenguaje cuando en realidad no se llega jamás. Como una ilusión a la que se avanza. “Hay, hermanos, muchísimos que hacer”. La idea de estar siempre empezando. La idea de enfrentarse a graves dificultades.

AVM: Ese último, por ejemplo, es un verso víctima de los periodistas y políticos y a veces lo escriben mal, pero como es de Vallejo allí quedó. Esa es la razón que se ha hecho muy popular como el de Machado: “Caminante, no hay camino/se hace camino al andar”.

MG: Muchas gracias, doctores Marco Martos y Alberto Varillas, por su tiempo. Ha sido muy enriquecedor platicar con ustedes.

Lima. 25 de octubre de 2012.