PROFESOR CARLOS EGISTO ANTINORI ASCOY
César Vallejo incursionó en la educación peruana, desempeñándose como maestro en varias escuelas y colegios
en otra faceta de su corta vida terrenal, pero sin dejar una de sus grandes pasiones: la poesía.
En esos tiempos era más fácil acceder ser maestro, los estudios universitarios y su título le sirvió para poder desempeñarse como maestro que a decir verdad lo hacía muy bien teniendo un especial cariño y trato para sus alumnos.
Su primer trabajo como maestro lo hizo en el pueblo de Ambo-Huánuco en una corta temporada comprendida entre los meses de mayo y diciembre de 1911, pero su destino estaba en Trujillo, ya que su corazón seguía amarrado a Santiago de Chuco su tierra natal, de allí posiblemente esa eterna nostálgica mirada.
Retorna a Lima para seguir estudiando en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la Facultad de Ciencias, pero antes en Trujillo estudió en la Facultad de Letras de dicha Universidad.
De Lima viaja a Trujillo en 1913 para retomar sus estudios en la Universidad de Trujillo, pero las dificultades económicas lo agobiaban y consiguió trabajo como preceptor en el Centro Escolar N°241 de dicha ciudad, el mismo que estuvo ubicado en la Plaza de Armas, enseñando Botánica y Anatomía por los estudios de ciencias que había seguido en la Universidad de San Marcos.
Así llega el año de 1914, retomando sus estudios en la Universidad de Trujillo en el 2do. Año en la Facultad de Letras, siguiendo trabajando en el mismo centro educativo. Parecía que César Vallejo estaba destinado para ser maestro, pero en el fondo de su ser estaba predestinado para ser un poeta de dimensión universal.
Ese mismo año es nombrado bibliotecario de la Sociedad de Preceptores de Trujillo, pero un mes después lo designaron secretario.
Vallejo seguía su carrera como maestro y en el año 2015 pasó a trabajar al 1er. Año de primaria en el Colegio San Juan, aquí es donde se cuentan anécdotas sabrosas de César y donde pasaría algunos años de su vida.
En este colegio tuvo como alumno al futuro insigne escritor Ciro Alegría quien es el que más describe con precisión a nuestro poeta.
En estos años de maestro en el colegio San Juan Vallejo se destacó por ser un maestro sumamente dialogante con sus alumnos prestando mucho interés por ellos, así lo señala Ciro Alegría.
Pero la poesía corría por sus venas como ríos caudalosos, no se descuidaba de ella compartiendo sus labores de maestro y escribiendo versos, ganándose la amistad de algunos y la antipatía de otros por lo novedoso de la construcción de sus poemas con palabras inusuales para ese tiempo.
César Vallejo se las ingeniaba para estudiar en la Universidad, trabajar como maestro y escribir poesía publicándola en periódicos de Trujillo, lo que muchas veces le provocaba pequeños incidentes como llegar retrasado al colegio a enseñar, ya que se quedaba hasta altas horas de la madrugada escribiendo sus poemas.
A estas alturas de su vida ya era reconocido como poeta, Ciro Alegría cuenta que sus compañeros de estudio comentaban por qué se dejaba el cabello largo, respondiendo sus amiguitos, es que también es poeta.
César quería explorar otros mundos, Lima era ese nuevo mundo de la poesía por eso en 1918 viaja a la capital con la finalidad de visitar a grandes poetas como José María Eguren, Abraham Valdelomar y al escritor Manuel González Prada y a otros literatos importantes de la capital del Perú.
Los apuros económicos seguían metidos en su cuerpo y en su alma, por lo que tuvo que buscar trabajo como profesor y lo encontró en el Colegio Barros de Lima, llegando a ser director a la muerte de su director y propietario, por ser el único profesor en tener título académico.
En 1919, ingreso a trabajar al Colegio Guadalupe con alumnos del 4to. Y 5to. de primaria, el año 1920 retorna a Trujillo al cerrar el nivel primario, pasa a Santiago de Chuco y después regresó a trabajar de nuevo en el colegio Guadalupe.
Llegó a tener reuniones con este grupo de intelectuales intercambiando opiniones literarias y de bohemia limeña, demostrando su cariño por los niños (alumnos), razón por la cual años más tarde Valdelomar lo bautiza como “el poeta de la ternura”.
De sus andanzas como maestro escribió el poema FOSFORESCENCIA, con dichos versos enseñaba procesos de aprendizaje con sus alumnos en el curso de Química.
FOSFORECENCIA
Una noche miré muy asustado
señor, en el collado
del viejo cementerio, algunas luces
chispeando entre los altos mostazales
de cuyos matorrales
salían el contorno de las cruces.
Yo a solas regresaba del molino
por el largo camino,
y la noche, señor, que oscura estaba;
¡y más miedo me daba cuando oía
la algazara que hacía
el perro de una choza, que aullaba ¡
¡Qué miedo, uf ¡casi lloro¡ muchos cuentan.
señor, que se presentan
ahí en la noche y avanzadas horas
los muertos alumbrándose con ceras ¡
Señor, ¿será de verás¿
-Mienten, hijo. Son cosas que tú ignoras.
Esas luces que viste y te asombraron
son gases que exhalaron
los huesos del cadáver ya podrido,
como el hedor que sale de un pantano;
y ese vapor insano
está en nuestro esqueleto contenido.
Ese gas es el fósforo, que cuando
se va del cuerpo dañando,
Sale y arde en el aire más sombrío
¿Escuchaste¿ Desde hoy no temas nada
cuando esa llamarada
en el panteón la veas, hijo mío.
(Poema publicado en la revista escolar Cultura Infantil N° 4 Trujillo septiembre de 1913)
FUENTE: Poesía Completa: Pontificia Universidad Católica del Perú.
Como dije al principio, uno de los autores más reconocidos y veraces para hablar sobre Vallejo maestro es el reconocido escritor peruano Ciro Alegría, quien fuera su alumno, el hizo prácticamente un retrato hablado de Vallejo, siendo la que se ajusta a la verdad sobre nuestro vate universal.
Según Ciro Alegría, César Vallejo pronunciaba un dejo muy peculiar delatando su origen andino, o mejor dicho ser natural de Santiago de Chuco, era el sello característico de los pobladores de dicha provincia, al pronunciar palabras que terminaban con la letra “s”, como por ejemplo decía “niñosh”, la tierra “esh” redonda arrastraba la letra “s” , completando la frase que le decía a los niños, Vallejo decía “ Niñosh, la tierra esh redonda como una naranja .Eshta misma tierra en que vivimos y vemos como shi fuera plana, esh redonda”.
Pero esa manera tan peculiar de hablar, era su sello característico y los alumnos le tenían un profundo aprecio y respeto, por su parte Vallejo no se avergonzaba de su origen Chuco, por e contrario se sentía muy orgulloso de serlo.
En esos tiempos los maestros eran bien considerados y respetados, Vallejo fumaba de vez en cuando y lo hacía dentro del salón de clases, con la mirada puesta en la puerta del salón, pensando sabe Dios qué cosas, pero los alumnos guardaban un profundo silencio.
Ciro Alegría relata, que César Vallejo tenía una personalidad arrolladora, esa mirada infinita de profunda tristeza o nostalgia a su tierra o a su familia, lo convertía en una especie de Dios olímpico, o quizá sería que estaba pensando en los versos de su nuevo poema.
En esos tiempos Vallejo ya publicaba sus poemas en un diario trujillano, empleando palabras y utilizando figuras literarias que no empleaban otros poetas, generando controversia entre la élite trujillana, razón por la cual tenía detractores que eran muchos, pero también los había quienes seguían con avidez sus poemas calificándolo de un poeta genial.
César Vallejo, como maestro enseñaba de todo un poco como por ejemplo historia, geografía, religión, matemáticas, también a leer y escribir. Le encomendaron también que nos enseñe a cantar pero muy desafinado, esto lo conocemos gracias a la semblanza hecha por Ciro Alegría.
En los desfiles de 28 de julio, Vallejo con su melena negrísima al viento, desfilaba a la cabeza del batallón de niños de su aula, sin importarle el paso descompasado de sus alumnos. Vallejo era querido como profesor y la gente en las veredas decían ¡ Allí va Vallejo¡ ¿ahí va Vallejo¡ , el desfilaba mirando al horizonte y nosotros muy orgullosos de nuestro maestro.
Como maestro, Vallejo se convirtió verdaderamente en un segundo padre, por la infinita ternura hacia sus alumnos, consolándoles si es que hacían mal la tarea o se olvidaban de ella, apuntaba en una pequeña hoja a los alumnos que hacían alguna travesura, pero nunca la entregó al director o al encargado de la conducta, era realmente muy tierno como maestro.
A Vallejo le gustaba hacer participar a sus alumnos para que cuenten historias de sus cosas, vivencias o de sus casas o lugares donde vivían, empezando con esta frase, alumnos: “VAMOS A CONVERSAR”, y empezaba diciendo el nombre y apellido del alumno participante, esta pequeña frase hacía que los muchachos se sientan seguros de su participación. Queda claro que muchos de los relatos de sus alumnos no eran de su agrado, algunos de ellos le producían cierta desazón, haciendo que se callen, diciendo de mal talante ¡siéntese¡ pero inmediatamente reparaba en su error y se acercaba a consolar al alumno objeto de la llamada de atención.
El director o rector había prohibido que los alumnos comiesen golosinas en el salón de clases, pero como palomillas compraban a los dulceros de las inmediaciones en el momento de recreo y los que no podía comerla, lo hacían en clase, entonces el maestro Vallejo hacía de detective, con su cara cubierta por el libro aparentaba leer, donde solamente se le veían las cejas auscultaba a los alumnos disimuladamente, y cuando descubría al palomilla, se dirigía hacia el y le increpaba ¿no he dicho que no coman dulces (cuadrados) en mi clase¿.
Vallejo le decomisaba todos los dulces entonces los distribuía entre los alumnos más próximos al infractor, esto producía la risa entre los alumnos y el mismo, done parecía disfrutar del hecho.
Retornando a la lista de alumnos que se portaban mal, dijimos que nunca la entregaba al encargado de la conducta, Vallejo se limitaba a darles un jalón de cabellos a la altura de las sienes, ese era su castigo favorito, por lo que lo único que se tenían que hacer era rascarse la parte afectada.
También dije, que otra de sus faltas, era llegar demasiado tarde a clases, pero una vez Vallejo se pasó, a tal punto que el Rector del Colegio ingresó al salón al notar el bullicio de los alumnos, poniéndose a tomar la lección, cuando Vallejo llegó, se produjo una situación embarazosa para él.
Antes de retirarse le Rector le dijo, maestro Vallejo a la hora de la salida pasa por mi oficina. Vallejo al siguiente día y otros llegó puntual, pero nuevamente volvió a las andadas, es decir llegaba tarde, producto seguramente, de las horas escribiendo poesía, o noches de bohemia trujillana con jóvenes poetas, esto último puede ser con más exactitud.
Finalmente hay una anécdota, que cuentan que una mañana el salón donde enseñaba Vallejo estaba convertido en un convento, solamente se escuchaba la respiración de los alumnos, el Rector que se paseaba por los salones notó esto y le llamó la atención por lo que decidió echar un vistazo.
Abrió la puerta muy despacio, los alumnos estaban con sus libros abiertos en completo silencio, mientras que Vallejo dormía plácidamente sobre su pupitre, los niños miraron al Rector pero este les hizo una seña llevándose un dedo a la boca en señal de silencio, contempló a Vallejo que soñaba a lo mejor con su Santiago querido o en uno de sus amores juveniles. Sonrió y se alejó despacio.
Para entonces, la poesía de Vallejo, había alcanzado un status en Trujillo y el mundo literario, despertando la envidia en los círculos literarios e intelectuales, sobre todo por algunos vocablos empleados en sus poemas que no se podían encontrar en los diccionarios para saber su significado.
Finalmente quiero contarles un hecho real que le pasó a nuestro futuro poeta universal. César Vallejo había sido asaltado en una noche por un grupo de desadaptados que quisieron cortarle su abundante, negra y leónica cabellera, defendiéndose a puñetazos y puntapiés, impidiendo que los asaltantes cumplan su cometido del todo este hecho sumió en una profunda tristeza a nuestro vate.
El Perú perdió un excelente maestro, pero ganó un maravilloso y connotado poeta conocido y reconocido a nivel mundial, sus poemas son traducidos a muchos idiomas, y su poesía sigue siendo todavía estudiada por intelectuales, ilustres poetas y escritores
MUCHAS GRACIAS