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Discurso Para la inauguracion del IDEV de Utah-EEUU
15 de noviembre de 2002
Brigham Young University
Ponente: Dr. César Adolfo Alva Lescano
Presidente del Instituto de Estudios Vallejianos
Trujillo-Perú

Dr. Halvor Clegg, Director del Departamento de Español y Portugués de BYU, Presidenta, Dra. Mara García del Instituto de Estudios Vallejianos de la Filial Utah-EEUU, dignos miembros que lo constituyen. Damas y caballeros presentes.

Los hombres que han escrito bellas páginas de la historia de los pueblos, merecen el reconocimiento y la gratitud. Con su talento y sabiduría han calado hondo en la conciencia de su comunidad. Por tal entrega, se les recuerda, se les tiene presente y se enaltece su vida y su obra, herencia de excepcional valor, dejada para enriquecer el patrimonio cultural de la nación a la que pertenecen.

Es para mí, cumplir el honroso encargo que me ha confiado la presidenta de la novísima entidad vallejiana, doctora Mara García, para evocar la memoria de más esclarecido poeta de habla española, César Vallejo. El hacerlo, me compromete por estar en este acogedor escenario de tan ilustre entidad formativa, dentro de un Estado que pertenece a esta gran nación de Norteamérica. Además, representar al Instituto de Estudios Vallejianos de la Universidad Nacional de Trujillo cuyo actual presidente es el doctot Hector Centurión Vallejo, quien se encuentra muy delicado de salud y que asumiera la presidencia al producirse el fallecimiento, del presidente, doctor Germán Patrón Candela, distinguido Vallejista. El fue el fundador y sostenedor de la Institución y a quien se le tiene lugar preferencial en el corazón de quienes lo rodeamos en vida, participando de las tareas del Instituto.

Los seres escogidos para hacer el bien compartiendo los frutos del amor ilímite en el area donde se ofrecen pródigos, ocupan lugar excepcional en la vida y se proyectan a todos los hombres de todas las latitudes, porque la obra fecunda que cultivan ofreciéndola de bien común, anima, reconforta, dignifica y hace felices a sus semejantes.

Esta hora de reencuentro en esta hermosa patria, acogedora sincera de la humanidad, de ferviente anhelo de amor y exaltación de la vida, de regocijo desbordante del alma humana; hace sentir los efluvios del poeta de Los Heraldos Negros a quien evocamos en estos momentos, y es la razón de nuestras inquietudes en mi patria, hoy en esta ciudad y en el mundo entero; insigne poeta a quien recordamos, veneramos y ofrecemos nuestro homenaje al fundar entidades donde estudiar y analizar su fecunda obra, concepción genial del artista reconocido universalmente.

Los sentimientos se estremecen y desbordan del alma humana en esta reunión de vallejistas, prestos a las inquietudes del espíritu, relicario que guarda los valores patrimoniales de su cultura, Hoy dedicamos a enaltecer al poeta César Vallejo, quien ha dado a su tierra natal, a Trujillo y al Perú y al mundo, su mensaje humano. Él, sin advertir la trascendencia de su poesía, nos hace partícipes de esta comunión espiritual, maravillosos encuentros que abre nobles espectativas. Estimula la inteligencia, la sensibiliza y nos conduce por caminos en búsqueda de sentimientos fraternos para valorar al hombre y fortalecer la solidaridad.

Esta razón nos obliga a inclinar los corazones ante su memoria, evocar su imagen, abrazar su recuerdo y auscultar su poesía que llena el mundo con su mensaje de amor y dolor; anuncios de muerte cuando en su desesperante angustia, exclama: “Para explicar mi vida, no tengo sino mi muerte”

Debe ser un milagro del generoso espíriru del poeta que haya hecho posible este encuentro en la lejanía y en una ciudad presta a la recepción de las glorias del aeda, de su vida y su obra proyectadas en el tiempo. Los grandes hombres escogidos por el destino, como Vallejo, tienen lugar preferencial en la conciencia de su pueblo donde nacen y en el ámbito del mundo al que también pertenecen con razón de su fecunda entrega artística.

Desde los diversos paralelos, nuestro insigne poeta, recibe el premio a sus virtudes a su sacrificio, a su amor por el nombre de todas las latitudes y a su Gloria, aclamada hoy en este escenario de la cultura cuando ya se han cumplido más de 110 años de su nacimiento, tiempo que no ha desvanecido su admiración, reconocimiento y gratitud, tampoco el aplauso consagratorio.

El célebre artista de Trilce convertido en norte espiritual para quienens creen en el supremo valor de la vida, se adelantó años, tal vez siglos. No negamos que su poesía llena los espacios espirituales y se mantiene lozana, en cuya esencial naturaleza brilla como luz diáfana, edénica, llena de sentimientos fraternos para el hombre de todo lugar. Por él sufre Vallejo y ama hasta el delirio, se aferra a su existencia y tras su suerte dolorosa por alcanzar lo que aspira en su desesperación constante, se desgarra el alma en marejadas de martirio que lo conducen a una agonía intérmina. Abraza a la humanidad, razón de su vida, su dolor, su lirismo y su propio destino, carga una culpa sin culpa durante su tránsito por todos sus caminos. He aquí la trascendencia de la obra de Vallejo. Por estos merecimientos que fueron y son signos inmortales del gran poeta del verbo, las instituciones nacionales de mayor rango y nosotros en esta Universidad, le rendimos nuestro homenaje, reconocimiento y gratitud.

Si los poetas son bienes enviados del cielo cuan grande es su mision en la tierra. Al calor de su sensibilidad, de sus sueños e ilusiones, de su amor abierto a todos sus anhelos, a todas las amarguras y alegrías; abrazan a su hermano, prodigan fe a su prójimo y todos juntos, imaginativamente, caminan entonando sus canciones que predicen y presiden la marcha de las naciones.

La poesía de Vallejo comprende en su límite todos los bienes y valores del hombre; proclama su amor y su dolor, desesperante angustia y permanente agonía por hallar respuesta frente a las injusticias, la falta de libertad; Hondas preocupaciones ante la vida y la muerte. De toda esta gama anímica que alentó su espíritu insaciable, Vallejo, se murió e hizo germinar en el hondón de su alma sufriente, el vivificante élan que lo han inmortalizado; poesía que es reguero de luz para los hombres y para el mundo. Creó imágenes, se elevó vertical hacia el infinito y volvió cargado de misterio, purificado y fortalecido para entregar sus plegarias a los hombres de todas las latitudes que hoy la recepcionan, estudian, analizan, aclaman y veneran a pesar de la difícil interpretación de su temática. Tal ocurre en diferentes países desde el oriente milenario hasta la culta Europa donde las naciones, en particular, han encomendado a estudiosos y hábiles estetas para explicar la profundidad de la obra vallejiana. España, nación que ama a Vallejo, según Julio Vélez vallejista apasionado de la obra del lirida santiaguino, en una de sus visitas a Trujillo manifiesta: “A Vallejo se le ama en España porque escribió su poemario: España aparta de mí este cáliz, pues ni antes ni después se ha escrito algo igual a esta gran obra, por eso literariamente, ha permitido vincular a los dos países con lazos indestructibles. Ojalá que este sentido se repita en esta gran ciudad y se mantengan estrechos vínculos entre Norteamérica y el Perú, gracias al genial espíritu de Vallejo.