Fotografo: Milton Sánchez-Lihon
Masa
Al fin de la batalla,
Y muerto el combatiente, vino hacia él
un hombre
Y le dijo: ¡No mueras, te amo tanto!
Pero el cadáver ¡ay! Siguió
muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a
la vida!
pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos
mil,
Clamando: ¡tanto amor y no poder
nada contra la muerte¡
Pero el cadáver ¡ay¡ siguió
muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
Con un ruego común: ¡Quédate
hernano!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
Le rodearon; les vio el cadáver triste,
emocionado;
Incorporóse lentamente,
Abrazó al primer hombre; echóse
a andar
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